En la Península Ibérica prerromana se hablaban diversas lenguas y se utilizaban diferentes escrituras. De entre todas, la ibérica era la de mayor extensión, tanto geográfica como cronológica, expandiéndose hasta las áreas donde se hablaba el celta incluso en plena ocupación romana. En la actualidad, se conocen más de 2.000 textos en ibérico, escritos sobre todo tipo de soporte (piedra, cobre, plomo y cerámica grabada y pintada). Esto muestra que era una escritura bien conocida que gozaba de prestigio y que tenía múltiples usos sociales.
La enorme diversidad de soportes sobre los cuales encontramos esta escritura, así como su gran difusión y uso, demuestra que estaba muy consolidada.
Una de las complejidades de la escritura ibérica se da en el hecho de que se trata de un sistema híbrido, semisilábico y que mezcla caracteres de valor alfabético con otros de valor silábico:
Hace no mucho se pensaba que el lenguaje ibérico no distinguía entre vocales explosivas sordas y sonoras, pero las nuevas investigaciones han confirmado que en el área noreste hay una escritura dual que las diferencia. Se encuentra desde el sur de Francia (Roselló y Lenguadoc) a los Pirineos, al interior y a la costa de Cataluña, y a zonas de Castelló y Valencia (Llíria). También parece que los celtibéricos tomaron esta escritura dual y lo adaptaron a su propio lenguaje.
Escritura nororientaltabla de caracteres |
Escritura meridionaltabla de caracteres |
Escritura greco-ibéricatabla de caracteres |
Escritura tartésicatabla de caracteres |
Webmistress: Núria Delgado.